jueves, 18 de septiembre de 2014

abue lita, cumpleaños 86



Mi abuela me dijo que ella de chica quería ser cancionista. Supongo que quiso decir cantante. Pero que después tuvo hijos y no pudo ser. Siete hijos tuvo.

Me puso triste, me pareció injusto. Si ella hubiera sido cancionista capaz yo no hubiera nacido, siento que inconscientemente hicimos algún pacto para que ella no sea cancionista y para que haya pibas como yo. Pibas que escuchan boleros cantados por viejas que podrían haber sido mi abuela.

Dijo que de chica limpiaba y cantaba, pero que a  veces se olvidaba la letra. Escuchamos un tango y ella tararea unos agudos divinos. Pucha, seguro que Abu cantando hubiera sido un fuego…

Pero a su papá lo mataron y ella quiso tener al lado un hombre que la cuide. Que al final se enfermó y ella lo terminó cuidando a él. Esa historia hubiera sido un hermoso bolero.

Me ofrezco llevarla a un coro de jubilados, dice que está cansada. Que en verano el sol y en invierno la helada. Insisto y quedo en averiguar. Me da miedo que si se queda sin sueños se va a querer morir…

Se distrae perdida y busca su llave en la cartera, que se la regaló mi tía y tiene demasiados bolsillos. Me pide que se la busque yo, que ella se marea. Le encuentro la llave, la crema de manos y un cepillo de dientes que dice que usa para limpiar las cadenitas de plata con detergente. La cago a pedos como a un chico y se le nubla la mirada, creo que ya se olvidó de lo de ser cancionista. Yo la sigo mirando y me dan ganas de llorar. Me dan pena las noches que no pudo dormir mientras veía como se esfumaba su sueño.

Quiero ser como ella, la admiro; pero no quiero ser cancionista ni tampoco quiero ver mis sueños esfumarse para darle vida a los del resto.  Tiene dos tataranietos más uno del corazón. Me siento egoísta, me pregunto si no serlo sería defraudarla, qué cual será el pacto que nuestras almas hicieron antes de venir juntas a esta constelación como abuela y nieta.

Las dos usamos un rosario con la foto del Papa que nos trajo mi hermano de Roma. A veces ella se confunde y se pone el mío, yo me doy cuenta porque en mi foto el Papa muestra la palma de su mano en un claro gesto masón, más bizarro.

Abu es la única de mi familia que tiene un altar. Tiene una foto de Gilda y una de Juan Castro, porque dice que él tiene ojos de ángel. Nunca se enteró que el pibe se tiró del balcón porque estaba re duro, yo nunca se lo diría. Yo me copié de ella para tener un altar, y siempre que compro algo para mi le compro lo mismo a ella: ojos de turco, estatuitas de Ceferino, plantas de ruda, mini ristras de ajo. Todo compro por dos.

Abu tiene unas botas de tachas y usa camisetas de broderie como me gustan a mí.

Todo esto de ella dejando de lado sus sueños para que yo nazca me hizo dar cuenta de cuánto nos parecemos. Vuelvo a casa mareada, perdida. Busco la llave en la mochila pero tiene demasiados bolsillos. Encuentro una crema de manos y me siento en el pórtico con la vista nublada, sobando mis manos distraída, estacionada en un no tiempo de mis futuros posibles y sus pasados cancelados, en el punto exacto del infinito donde se unen las dos pancitas que lo forman.






British Museum

https://www.youtube.com/watch?v=Qv5L4oUojc4







2 comentarios:

  1. <3 puro amor, me encantó! me hizo pensar mucho en mi vieja, a mis abus las perdí hace tiempo y no tuve tiempo de charlar con ellas-

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